Esto nadie me lo paga

2:25 p.m. 3 Comments

Qué tal, festival?

Chuuuu ahora que saludo así, me acordé que cuando yo era chica estaba enamorada de Enrique Maluenda. Chuuuuu y sigo haciendo memoria y recuerdo que una vez vino a Osorno a animar un circo y yo la muy patuda tenía unos 6 años y fui al hotel como a las 9 de la noche y lo esperé en el lobby unos minutos y apareció: era altísimo y su sonrisa televisiva era calcadita a la que regalaba en primer plano cuando promocionaba "Sabrosalsa Deyco". Yo no lo podía creer, tenía frente a mi a mi príncipe azul. No sé si la gente en esa época era menos sensacionalista (quizás por asuntos del régimen militar que yo ignoraba), pero no había nadie más esperando por él. Parece que yo era la única que lo encontraba top. La cosa es que cuando apareció se me acercó -ya lo dije, sonriente-, me tomó en brazos y me elevó lo que yo calculaba eran como dos metros hasta la altura de su cabeza y me sentó en el mostrador de la recepción del hotel. Me saludó muy amoroso y me preguntó qué hacía yo ahí. Ahí le lancé mi jugada maestra, aquella con la que estaba segura no se resistiría: "Vengo a invitarlo a cenar". (Síiiii CENAR, acá en el sur se le dice así a la hora de la comida nocturna y no es chulo!). Me miró como con algo de pena y me dijo esa frase que se me incrustó como una daga de plata en mi corazoncito de infante enamorada hasta las patas: "No puedo, corazón. Voy saliendo al circo. Tengo que trabajar", motivo que resignada comprendí perfectamente, pues yo misma había ido la tarde anterior a disfrutar del evento. No retuve ni los payasos, ni las maromas de los saltimbanquis ni las gracias de los animales. Sólo me interesaba él. Yo creo que ese NO de Enrique Maluenda, aunque haya sido justificado y jamás malintencionado, me cagó el autoestima hasta el día de hoy. Es que mi infancia se desarrolló acompañada sólo de Televisión Nacional, que era la única señal que llegaba a Osorno por esos años, entonces para mi "El Festival de la Una" era mi único referente de fantasía-real. O sea, no podía enamorarme del Tom y Jerry ni del Pájaro Loco, ni menos de Eduardo Cruz-Johnson ni Raúl Matas porque para una niñita de 6 años esos dos eran unos viejos lateros (lo interesante es que han pasado los años y Cruz-Johnson sigue igual). Por descarte, sólo podía enamorarme perdidamente de ese animador de chaquetas sicodélicas que era adorado por las abuelitas y que regalaba salsas de tomate, calefonts, teclados, guitarras de palo y ponchos a destajo. Yo soñaba con participar en "Su sueño por un día" y sentarme en esa enorme silla de mimbre blanco, burda emulación de lo que pudiera ser un trono. Era la época en que al pueblo se le mantenía adormecido con un par de chucherías en 525 líneas. Los milicos se fueron y seguimos viendo casi puras wevadas en la televisión chilena, la única diferencia es que los espectadores cambiaron las chucherías por siliconas. Tremenda evolución.

Bueno, después de este lapsus que no tenía programado aportar y que hasta me permitió darme el lujo de decir que nuestra tv es una caca, voy a lo que quería comentar originalmente. Mi amiga Pepa suele enviarme comerciales de los buenos, de los cuales les dejo dos para que se entretengan. Esto es un regalito 100% desinteresado, ya que comprenderán que ninguno de los clientes de estos comerciales me suelta unas monedas por pasarles el aviso en esta columna con rating.





Saludillos,
P.

Payayita

Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

3 comentarios:

wanglen dijo...

Hola
Gracias por tu comentario en mi blog
me ha gustado mucho leerte
me cagé de la risa con los comerciales

Soltaire dijo...

jajaja, no sé qué me dió más risa, los comerciales o tu historia con Enrique Maluenda... notáble!

Besos.

Anónimo dijo...

Payayis?.. sabes?... he estado pensando mucho acerca de las cosas incompletas y los traumas que generan. Recuerdo alguna vez haber leido a Jodorowsky (por que lo estoy citandooooo) y sus actos sicomágicos.
Te tinca que para curar tu mal te organicemos un cena con Enrique Maluenda?.. ¿aun conservará las chaquetas?.. ¿tu amor seguirá siendo puro e incondicional?.. ¿o ya lo cambiaste por algo netamente carnal y desalmado?.

Ahora como dato ñoño (y la noveda' ) quiero comentar acerca de ese sillon de mimbre blanco.
Es un resabio qeu se uso mucho en los ochentas como look cool. Te preguntarás de donde salen semejante barbaridades como moda?.. si partimos con que era la fashion-shit de los 80's tienes queentender que los 70's también se iban y los gustos diferian 1000% a los actuales.
Si revisas películas de Michael Caine .. las típicas donde pasea por Río.. verás que esos sillones adornan casi todas las casas del pais mais grande do mundo. Y sin ir mas lejos... recuerdo la carátula de un cassette de Julio Iglesias, el padre del otro plomo, en el que sale sentado en uno de esos mismísimos sillones.
Creo que era bastante stylish el sillón en esa época.. es como ahora el tipico sillón alargado de terminaciones cudradas de cuero.. o imitación.. ahi intervienen las lucas.. jajaj.. creo que lo nuestro es imitación por ahora :)

Besos indecorosos mi washa.
Tapio