Celebrate good times come on!
Hoy al meterme a mi blog me encontré con la linda sorpresa: ¡10.006 visitas! En mayo se cumplió un año desde su creación, pero no me parecía digno de manifestación personal alguna, ya que el tiempo no importa. Qué valor tendría tener una pág desde hace veinte años si no la ve nadie. Pero las diez mil visitas merecen celebración. Ohhh siii!!!
Pero no se crean que recurriré a los clásicos globos, serpentinas, champañas y cornetas para celebrar tamaño evento. ¡¡No no nooo!! Una columna retorcida y medio punga como ésta merece una situación especial; algo que le levante el pelo y le dé cierto aire de dignidad del que casi siempre carece. Nada de champaña Valdivieso, papas Lay's ni pasteles Lider. Me acabo de preparar un exquisito té de la variedad Earl Grey, de ésos de una marca medio elegantosa que el paquete de diez bolsitas me costó como luca. Si pues, una rota como yo da el precio, pa que no se note pobreza. Y de acompañamiento una porción de torta de piña hecha por mi madre, que muy como las pelotas se portará cuando discute conmigo, pero hay que reconocer que la señora ésa que me parió tiene mano de monja para la repostería. Admito el hecho de que sea de piña es medio populacho, pero me doy con una piedra en los dientes que la tengo para homenajear mi blogcito lindo.
¿Qué más puedo pedir? Té pituco, torta casera y Duke Ellington. Mi columna retorcida se lo merece. Todo gracias a sus visitas, estimados lectores. Me honran y sonrojan.
Cheers,
P.
Pero no se crean que recurriré a los clásicos globos, serpentinas, champañas y cornetas para celebrar tamaño evento. ¡¡No no nooo!! Una columna retorcida y medio punga como ésta merece una situación especial; algo que le levante el pelo y le dé cierto aire de dignidad del que casi siempre carece. Nada de champaña Valdivieso, papas Lay's ni pasteles Lider. Me acabo de preparar un exquisito té de la variedad Earl Grey, de ésos de una marca medio elegantosa que el paquete de diez bolsitas me costó como luca. Si pues, una rota como yo da el precio, pa que no se note pobreza. Y de acompañamiento una porción de torta de piña hecha por mi madre, que muy como las pelotas se portará cuando discute conmigo, pero hay que reconocer que la señora ésa que me parió tiene mano de monja para la repostería. Admito el hecho de que sea de piña es medio populacho, pero me doy con una piedra en los dientes que la tengo para homenajear mi blogcito lindo.
¿Qué más puedo pedir? Té pituco, torta casera y Duke Ellington. Mi columna retorcida se lo merece. Todo gracias a sus visitas, estimados lectores. Me honran y sonrojan.
Cheers,
P.
5 comentarios:
Publicar un comentario