Por estos días los chilenos nos hemos enterado de la ola de mal tiempo que azota a buena parte del país, siendo la Región Metropolitana la más afectada. Sin ánimo de detenerme en el tema, me parece indigno, vergonzoso y patético que una ciudad como Santiago, que está en constante lucha por hacerse ver como una ciudad moderna, aún a estas alturas de la historia deba seguir pasando año tras año por lo mismo. No hay que ser una vidente pitonisa ni alguna vocación de oráculo para adelantarse a los hechos y dar por sentado que cada nuevo año Santiago deberá sufrir los estragos -en mayor o menor intensidad- de estar ubicado en un hoyo que es un imán para las aguas que vienen de la cordillera y los deslizamientos de tierra. Muy rasca.

La prepotencia del clima también se ha dejado asomar por acá en el sur, pero como somos una zona lluviosa la mayor parte del año, es muy difícil que ocurran tantos desbordes y desgracias como nuestros compatriotas más al norte. Ayer justamente estaba frente al pc a eso de las 5 e la tarde, cuando de pronto el techo comienza a crujir como si un gato enorme estuviera usándolo de corredor. Me asomé medio asustada a la ventana y grande fue mi sorpresa al ver que estaban cayendo los granizos más grandes de mi vida! No me aguanté y capturé una imagen.

"...Impresionante, ¿no?"