Piezas separadas

7:00 p.m. 3 Comments

En situaciones como ésta agradezco no tener marido, ni pololo, ni "pierna pelúa" o whatever.

Desde la semana pasada que vengo planificando mi ida a Santiago y este jueves recién pasado tenía todo listo para enchufar mi raja en el asiento de un bus que partiría a las nueve de la noche con rumbo a la capitale oiga y el viernes en la mañana estaría tempranito acomodando mis pertenencias personales en el departamento de mi mejor amiga que este fin de semana justamente celebraba su cumpleaños número XX (es mi amiga, no la voy a echar al agua con la edad). Si hasta su marido amablemente me decía que fuera a verlos, pues según sus propias palabras, estaban en temporada baja. Se veía bueno el fin de semana: celebrando a punta de piscoulitas, como decía el comercial de Lan Chile.

Pero como dice mi canutísima madre, el diablo anduvo metiendo la cola. Y puta que la metió! Y sin besito en el cuello... El jueves a Doña Gripe de las Reverendas Pelotas se le ocurrió dejarse caer en mi organismo sin ningún tipo de aviso previo -rota la weona- y amanecí con las enemígdalas inflamadas y la nariz taponeada con una masa de mocos que apenas me dejaba respirar. Desde que empezaron los fríos otoñales acá en el sur, me he preocupado sagradamente de secarme bien el pelo, dormir calientita, no andar a pata pelá, salir abrigada y hasta me compré Cebion 2000 efervescente. Todos los santos días me tomo 2 gramos de vitamina C para no resfriarme. ¿Y qué gano? Una grande y sonora TAPA. Sanita quería andar la niña... ¡las weas! Tanto tomar precauciones y resulta que cuando más necesito mi salud, amanezco pa'l gato y debo aplazar mis citas. El sentido común me exige quedarme acostada recuperando mi salud y dejarlo todo para más adelante.

Entonces en estos días en cama miro mi indigno estado y pienso que por lo menos no tengo un marido para que me vea así. Es que caer en cama por resfrío es sinónimo de dejar al descubierto lo peor de nosotros mismos, aquello que ocultamos cuando estamos en plan de conquista. Me imagino un Romeo entrando a mi pieza y no puedo evitar preguntarme qué ganas le podrían dar de tirarme las manos o faltarme el respeto con el aspecto de culo que viene adosado sin piedad al cuadro gripal: ojos hinchados y lagrimosos, nariz irritada en los bordes de tanto sonarse, pelo sucio y desordenado, montones de papel tissue usados colmando el velador o reunidos en alguna bolsa con logo de supermercado de barrio apoyada en el borde de la cama junto al piso o colgando de una esquina del respaldo; voz gangosa, tos de perro, sonoros sorbeteos cada treinta segundos, un continuo y desagradable despejamiento de los bronquios - técnica nada elegante comúnmente llamada "botar los pollos"-, olor a encierro en la pieza, en la cama y dentro de un pijama rancio y matapasiones conformado por un grueso y roñoso pantalón de buzo, algún polerón o chaleco y un par de calcetines de lana tan opuestos a los cánones del buen gusto que sólo salen del closet en estas situaciones. Y si necesitas algo, no queda más que pedirlo a grito pelado, porque si te paras a buscarlo, vas dejando en el camino una lastimosa estela de virus y olor a poto.

Así no hay amor que resista ni erección que perdure. He visto matrimonios de años irse a la cresta por culpa de una gripe.

Dudo que exista quien tenga el estómago de compartir la cama conmigo en estos casos. Yo creo que hasta un empleado del Servicio Médico Legal saldría arrancando despavorido.

Siempre he creido firmemente, y cada vez me convenzo más, que cuando me case o me vaya a convivir (para que vean que la esperanza no la pierdo), voy a usar el fantástico sistema de las piezas separadas. Se evita compartir olores y sonidos desagradables y se deja en manos del libre albedrío usar el dormitorio para todo aquello rico y bonito por lo cual la pareja decidió vivir bajo el mismo techo.

Un saludo gangoso,
P.

Payayita

Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

3 comentarios:

Si a piezas separadas te refieres a camas separadas, mis padres lo hacen y son la mar de felices. Espero que te recuperes pronto de esa gripe! ;)

Un saludo,

LZ

Payayita dijo...

No Lord, cuando digo piezas separadas, digo habitaciones separadas. Debe ser lo mejor!

Anónimo dijo...

Escribes muy bien Paola. Esta frase "Así no hay amor que resista ni erección que perdure" es antológica

Saludos desde Tenerife

Pd: Haz tutoriales de photoshop, que sé que eres una genia