Septiembre con tutti

3:07 p.m. 3 Comments

Tal como Tattoo gritando: "El avióooon, el avióooon!", me planto en el lugar que me encuentre y le regalo una sonrisa grande a septiembre desde su primer día. El motivo de esta relación tan especial con el noveno mes del año se remonta a aquellos años en que yo era bien chica, cuando el otoño y posterior invierno osorninos me tenían meses usando camisetas, además de los clásicos chombas, panties y gorros de lana con pompones incluidos para enfrentar las heladas matinales, granizos como meteoritos blancos y lluvias torrenciales, todo llenando de gris a una ciudad con depresión endógena. Pero llegaba septiembre y con él un sol atachado que aunque tímido al principio, me cambiaba los colores de la vida y de a poco se ganaba el indulto de mi madre para ir dejando el gamulán en el closet y cambiarlo por ropas más livianas. De pronto comenzaban a aparecer flores por todas partes y el colegio me parecía más lindo, la madame (como teníamos que llamar a nuestras profesoras) estaba más amable y los recreos ya empezaban a ser al aire libre.

Luego, se acercaba otra fecha entretenida: Fiestas Patrias. Para bien o para mal, hasta no hace mucho era totalmente legal vender fuegos artificiales en Osorno y por esos días los boliches y kioskos del rubro aparecían como callampas uno al lado del otro a lo largo de toda la calle principal y yo era total y absolutamente feliz con mi respectivo aprovisionamiento de estrellitas. Me podía pasar las noches enteras dibujando círculos en el aire hasta casi dislocarme el hombro y mirando hipnotizada esos chispazos que para mi eran pura magia y fantasía. Sin una idea acabada de lo que podía ser el espíritu patriota, yo amaba a Chile por regalarme el derecho de celabrar así nuestra independencia.

Y a modo de broche de oro, mi cumpleaños el día 28 cerraba olímpicamente un mes de lo más entretenido y me llegaban regalos y todo el mundo me abrazaba y me felicitaba por el simple hecho de existir. Qué maravilla. Nunca me voy a olvidar del día que cumplí siete años. Esa mañana desperté con un – perfecto - día soleado y apenas abrí los ojos apareció mi papá con una caja envuelta en su respectivo papel de regalo. Al abrirla ansiosa me encontré con mi sueño hecho realidad: era la callampa de Papá Pitufo. Bueh, para los morbosos les digo que NO se trataba de la callampa en términos sexuales, que hoy imagino sería una especie de higo arruigado, si no una reproducción a escala de su casita, totalmente armable. Lamento no conservar hasta hoy esa callampita adorada. Mejor no sigo hablando al respecto pa que no me callampeen a punta de bromas.

En resumen, septiembre para mi significa flores, celebración y regalos. Así cualquiera anda feliz, no?

Un beso,
P.

Foto: Susana Raab.

Payayita

Some say he’s half man half fish, others say he’s more of a seventy/thirty split. Either way he’s a fishy bastard.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Weeena.. la primavera es entrete, e gusta mucho hasta que el sol se pone weon y me achicharro.
Aparte de tener el sistema inmunológico de un Nerd, combato estoicamente las alergias y lo paso bien, paseo harto, es el minuto de sacar la bicicleta y salir a sacr fotos por Santiago.
Te envido con eso de la callampa de papa pitufo. De niño siempre quiese el Zapato de jugar machtbox y ni el reputo viejo pascuro se acordó de mí. Aún lo busco por si alguien se raja y lo quiere reglar o vender barato. Juro solemnemente que lo meteré en una caja de cristal, bien iluminada y mis hijos jamás lo podrán siquiera oler.

Un beso en zona indecorosa.

Tapio no logeado (mil cuentas de blog y ni una reputa me funciona.. nuunnnnca!)

Soltaire dijo...

Wenísima!! Hay sólo una cosa que no me quedó clara...., y es tu frase: ".... Bueh, para los morbosos les digo que se trataba de la callampa en términos sexuales" :S ¿¿?? jajajaja

Bueh.., pasando rápidamente a otro tema...., sí, comparto plenamente contigo mi gusto por esta época del año. Además, para mí desde chica, o mejor dicho, desde adolescente también se fue vinculando ésta epoca a cosas positivas, como por ejemplo, siempre con mi familia íbamos a pasar fiestas patrias a "Morrillos" (camping en el norte), lo que significaba que cuando volvía a Santiago era una de las pocas que contaba con el bronceado más envidiable de todo mi colegio!..., la vida me sonreía y las citas abundaban considerablemente jajaja, lo mejor era la envidia de todas las yeguas de mi colegio a las que yo envidiaba el resto del año.... Desde Septiembre en adelante mi vida social cambiaba!!, en realidad, nacía ;)

Un beso grande,
Soltaire

Payayita dijo...

Gracias por el alcance mi washa, ya lo corregí.

Un besito,
P.